FIDDLERS' TOAST
O EL BRINDIS DE LOS VIOLINISTAS.
De pequeño tuve la gran suerte de recibir por parte de mis padres una educación musical clásica muy completa. Sin embargo, mi inquietud por todo lo que se hacía más allá de lo clásico me llevó a desarrollar un estilo variopinto en mi manera de componer y de interpretar. Esto se refleja en temas como el que aquí nos ocupa:
Dedicado a un maestro del violín clásico -mi amigo ya desaparecido Jesús Fernández, quien, sin embargo, tenía un maravilloso espíritu musical 'desenfadado'- y al maestro francés del jazz Jean-Luc Ponty, a quien tuve la suerte de conocer y de regalar -incluso, en parte, de interpretar para él- el tema.
Estoy experimentando un enorme regocijo tocando y grabando esta obra. Ya hace tiempo registré una versión a la que añadí una machacona percusión. No obstante, he llegado a la conclusión de que los dos violines que aquí se enfrentan, clásico y eléctrico, bien solos pueden hacer mover, si no el esqueleto, los pies y el corazón de quien les escuche. De eso se trata.
Comienza con una introducción 'ad libitum' del violín clásico en la que se 'menciona' parte de lo que después, y de forma frenética, dibujará el eléctrico. Mientras tanto, el primero realizará una labor de fiel y versátil acompañante para, hacia el final, recuperar el protagonismo durante unos breves instantes.
Se trata de procurar un encuentro armonioso entre dos mundos que, si bien suelen ir separados, no están tan lejos el uno del otro, pues lo comparten todo; por lo menos en mi interior así lo hacen.
El título en inglés fue una simpática coincidencia. Al tiempo que escribía el tema, descubrí jugando al Jumble -un puzzle de palabras- que 'toast' no sólo significa 'tostada', sino también 'brindis'. Adjudicado: Fiddler's Toast.
De pequeño tuve la gran suerte de recibir por parte de mis padres una educación musical clásica muy completa. Sin embargo, mi inquietud por todo lo que se hacía más allá de lo clásico me llevó a desarrollar un estilo variopinto en mi manera de componer y de interpretar. Esto se refleja en temas como el que aquí nos ocupa:
Dedicado a un maestro del violín clásico -mi amigo ya desaparecido Jesús Fernández, quien, sin embargo, tenía un maravilloso espíritu musical 'desenfadado'- y al maestro francés del jazz Jean-Luc Ponty, a quien tuve la suerte de conocer y de regalar -incluso, en parte, de interpretar para él- el tema.
Estoy experimentando un enorme regocijo tocando y grabando esta obra. Ya hace tiempo registré una versión a la que añadí una machacona percusión. No obstante, he llegado a la conclusión de que los dos violines que aquí se enfrentan, clásico y eléctrico, bien solos pueden hacer mover, si no el esqueleto, los pies y el corazón de quien les escuche. De eso se trata.
Comienza con una introducción 'ad libitum' del violín clásico en la que se 'menciona' parte de lo que después, y de forma frenética, dibujará el eléctrico. Mientras tanto, el primero realizará una labor de fiel y versátil acompañante para, hacia el final, recuperar el protagonismo durante unos breves instantes.
Se trata de procurar un encuentro armonioso entre dos mundos que, si bien suelen ir separados, no están tan lejos el uno del otro, pues lo comparten todo; por lo menos en mi interior así lo hacen.
El título en inglés fue una simpática coincidencia. Al tiempo que escribía el tema, descubrí jugando al Jumble -un puzzle de palabras- que 'toast' no sólo significa 'tostada', sino también 'brindis'. Adjudicado: Fiddler's Toast.
<< Home