6.5.06

CARTA ABIERTA A LA ACADEMIA DE LA MUSICA

Estimados señores y señoras de la Academia de la Música:

He escrito la palabra Música con eme mayúscula en el asunto de este mail, aunque, visto el trato que se le dio en la gala del décimo aniversario de los premios, seguramente estén ustedes en desacuerdo.

Lo han vuelto a hacer: Hace unos años vi con estupefacción cómo relegaban ciertos premios a la desidia, cómo diferenciaban las categorías que a ustedes les parecían relevantes de las que consideraban despreciables. Este año, de nuevo, denostaron los premios al mejor disco de música tradicional, nuevas músicas y otros cuantos, repartiéndolos a toda prisa como si se tratara de premios de consolación.

Es más, basaron la gala en un hortera y ridículo ambiente de modernidad con su d.j. acaparando el centro del escenario y produciendo sonidos que no son, por mucho que quieran introducirlos, de este país. Absurdo era escuchar, después de la entrega al mejor disco de música clásica, el scratch y las baterías de sampler; absurdo era escuchar a la desacertada presentadora dirigirse a una de las premiadas en la música clásica -que le doblaba en edad- con algo irrespetuoso como: "Cuidado, bonita, no se caiga", o algo parecido.

Y después están las actuaciones: La Oreja de Van Gogh, Coti, etc. En su página web hay una sección llamada Objetivos de la Academia. Después de leer esta larga lista, no me parece reflejada en lo más mínimo en la gala de los Premios. Por poner sólo unos pocos ejemplos: "Integrar a todos los movimientos, sensibilidades y expresiones musicales"; "Educar a los niños y jóvenes en el respeto y el amor por las formas musicales"; "Abordar la revisión y difusión del patrimonio histórico musical". A la vista está que todo esto es papel mojado al lado de su verdadero objetivo, que no es sino impulsar a unos pocos artistas caducos a producir ingresos millonarios que les mantengan a ustedes en su cómodo puesto durante un año más.

Y todo esto ocurrió a la 1 de la madrugada, cuando el público al que se dirigen está, bien de botellón, o bien durmiendo en su habitación de paredes forradas de posters de caras bonitas, todavía resonando el eco del último disco de moda pirateado...

...De la música clásica o el jazz, en catalán o en gallego, etc. poco saben y poco les interesa, como a ustedes. Quizá alguno de estos jóvenes sienta más adelante el gusanillo de 'otras músicas', y tendrá que esforzarse mucho para descubrirla, ya que con ustedes, por desgracia, no podrá contar si siguen por ese camino.

Atentamente,


Harry.c