DROGA DE TERNURA
Una composición curiosa, favorita para ocupar un lugar privilegiado, un punto de inflexión, en este soñado álbum.
La historia de su composición se remonta muchos años atrás cuando, a altas horas de la noche, y tras recibir una carta tremenda de manos de un corazón roto en mil pedazos, empecé a hilvanar notas en una partitura. La noche fue muy fluida y prolífica, y en poco tiempo tenía un boceto muy claro. Al día siguiente, y durante todos estos años, siempre que me he acercado al instrumento protagonista he tocado la canción para madurarla y no olvidarla, hasta hoy, que ya es una realidad en mp3 en mi ordenador.
Debo reconocer que es de las pocas veces que he aprovechado mis estudios de armonía, y aún así, seguro -y ya lo he comprobado- que provoca escalofríos en el sector clásico más estricto.
De todos modos, he querido vestir esta Droga De Ternura de novedad para celebrar el proyecto en el que me encuentro inmerso, y, como arropando ese corazón herido, una orquesta de cuerda envuelve con suavidad las melodías que, desde el cariz más nostálgico hasta el más rabioso, transcurren a lo largo de esta canción.
La historia de su composición se remonta muchos años atrás cuando, a altas horas de la noche, y tras recibir una carta tremenda de manos de un corazón roto en mil pedazos, empecé a hilvanar notas en una partitura. La noche fue muy fluida y prolífica, y en poco tiempo tenía un boceto muy claro. Al día siguiente, y durante todos estos años, siempre que me he acercado al instrumento protagonista he tocado la canción para madurarla y no olvidarla, hasta hoy, que ya es una realidad en mp3 en mi ordenador.
Debo reconocer que es de las pocas veces que he aprovechado mis estudios de armonía, y aún así, seguro -y ya lo he comprobado- que provoca escalofríos en el sector clásico más estricto.
De todos modos, he querido vestir esta Droga De Ternura de novedad para celebrar el proyecto en el que me encuentro inmerso, y, como arropando ese corazón herido, una orquesta de cuerda envuelve con suavidad las melodías que, desde el cariz más nostálgico hasta el más rabioso, transcurren a lo largo de esta canción.
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